Historia de la Masonería

Orígenes, la masonería operativa:

Los orígenes de la Masonería, en su versión más aceptada, data del siglo XIII, iniciadas estas cofradías por los gremios y guildas de la construcción de catedrales medievales. En aquella época, desde diversas regiones de Europa, los constructores de grandes catedrales, se daban cita en el lugar de la obra constituyendo primero para el desarrollo de la construcción: La Logia, el taller donde pasarían un importante tiempo de sus vidas, el espacio para la formación de los aprendices, el transmitir las instrucciones, los conocimientos y las técnicas de la construcción, lugares cerrados a las personas que no habían sido admitidas a participar tras pasar por una ceremonia de iniciación en la que debían jurar fidelidad y lealtad a la Logia, a fin de que los conocimientos y los saberes no salieran del gremio.

Las Logias eran por tanto, verdaderas escuelas, centros de formación técnica en las cuales se impartían, dependiendo del grado, diversas materias, desde el uso y mantención de las herramientas propias de la construcción; el mazo, el cincel, el nivel, el compás, la escuadra etc., hasta las nociones más avanzadas de la geometría, del cálculo, la física, el dibujo y la lectura de planos,  en tiempos donde primaba el analfabetismo. Estas Logias, supeditadas a una estricta estructura y rígida jerarquía, estaban lideradas por Maestros Albañiles, quienes tenían, entre otras funciones, el planificar y diseñar las grandes obras arquitectónicas, y elaborar los “programas de estudio” para los distintos constructores que constituían la Logia en sus diversos grados; el de aprendiz, el de compañero y los maestros.Pese a esta monolítica estructura y respectiva jerarquías, las Logias, eran lugares en los cuales sus integrantes podían expresarse libremente, intercambiar de manera fraternal, entre hermanos de cofradía gremial, sin reparos sus ideas, pensamientos, conocimientos, sus afectos, etc. La admisión a este gremio tenía una serie de requerimientos, entre las cuales, el candidato debía cumplir con la exigencia de haber nacido libre y ser de buenas costumbres, y cumplir con el debido rito de iniciación.

Inicios de la Masonería Especulativa, la transición:

En paralelo al avance del conocimiento y las tecnologías que se experimenta en materia de construcción, en plena edad media, comienza el decaimiento de las antiguas técnicas de los canteros, y es aquí, en esta época, donde se da inicio a un rico proceso de debate al interior de las Logias, y con ello, comienzan éstas su camino de transformación, de su evolución,  de la apertura, aceptación e integración de nuevas ideas, teniendo como consecuencia y resultado de este proceso, la entrada a las Logias de personas que no estaban vinculadas al arte de la construcción, con ello, se comienza a satisfacer la necesidad de tener un lugar discreto y dispuesto a la reflexión libre de los dogmas y restricciones propias de la época. Producto de este fenómeno, el número de los “aceptados” fue aumentando y los miembros operativos de las Logias fue disminuyendo, los aspectos técnicos de la masonería operativa van dejando lugar a lo que hoy llamamos, inicio de la Masonería Especulativa.

La masonería especulativa, la actualidad:

Existe consenso, que en 1717 es considerado el año de inicio de la masonería especulativa, ya que un 24 de Junio en la ciudad de Londres se constituye La Gran Logia de Londres al reunir cuatro Logias de masones exclusivamente aceptados. Para los fines de normar y reglamentar  en derecho se encargó de manera inmediata a James Anderson y Jean Théophile Désaguliers, la redacción de su Constitución, la que fue posteriormente publicada en su primera edición el año 1723, y las que posteriormente se hacen conocidas como las Constituciones de Anderson, que hasta el día de hoy son aceptadas y reconocidas por la masonería universal y que se componen en 4 partes; historia de la masonería, las obligaciones, los reglamentos y los cantos masónicos.

Esta viga maestra de la francmasonería, las Constituciones de Anderson, logra establecer el nexo, tejer la filigrana entre la masonería operativa de los antiguos canteros y la masonería especulativa. Documento que finalmente logra ordenar, organizar, estructurar y reglamentar la Masonería. A partir de lo anterior, la masonería inicia su camino de construcción del templo interior, de la universalidad, del respeto, la tolerancia, la libertad, la igualdad y la fraternidad entre los hombres.

Sin embargo, la universalidad de este documento es sometida a prueba en dos oportunidades, primero cuando el Gran Oriente de Francia decide liberarse de la obligatoriedad de creer en Dios y segundo cuando se incorpora a la mujer a los trabajos de una logia.

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