Reflexión de la Gran Logia Mixta de Chile
El 22 de octubre de 1839 se firmó en Lima el Tratado de Paz y Amistad que puso término a la Guerra entre Chile y la Confederación Perú-Boliviana, cerrando un conflicto que marcó profundamente la historia de nuestro país y del continente. Aquella guerra, nacida de tensiones políticas y comerciales, también reflejó las dificultades de una América Latina recién emancipada, aún en búsqueda de su identidad y de la estabilidad de sus repúblicas.
Hoy, a más de ciento ochenta años de aquellos hechos, la Gran Logia Mixta de Chile invita a mirar este episodio con una mirada de concordia y reflexión. Las guerras del pasado no deben ser solo motivo de orgullo o dolor, sino oportunidades para comprender cuánto ha costado construir las naciones y cuán necesario es cultivar la paz entre los pueblos.
El tratado del 22 de octubre no fue solo el fin de una guerra; fue también el inicio de un tiempo de reconstrucción y entendimiento. Desde la perspectiva masónica, ese momento nos recuerda que la verdadera grandeza de las naciones no se mide en sus victorias militares, sino en su capacidad de aprender, de sanar y de mirar hacia el porvenir con espíritu fraternal.
Lamentablemente 40 años después un nuevo conflicto en el año 1879, enfrenta a Chile con Perú y Bolivia en la denominada Guerra del Pacifico, siendo este un hecho totalmente distinto a la guerra descrita anteriormente.
Hoy, Chile, Perú y Bolivia comparten una historia común tejida con luces y sombras, pero también con la esperanza de un destino continental basado en el respeto, la cooperación y la fraternidad entre los pueblos.
Que la memoria de aquel 22 de octubre nos inspire a continuar edificando puentes y no murallas, guiados siempre por la razón, la justicia y la armonía entre los seres humanos.
Gran Logia Mixta de Chile
Por la fraternidad, la libertad y la verdad.