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Desde la perspectiva de la participación igualitaria de la mujer, el espacio que abrió la Gran Logia Mixta de Chile para su incorporación en los trabajos masónicos, tuvo desde sus orígenes hasta hoy, una gran importancia.

Eran años en que los conflictos sociales mostraban diferentes caras, una de ellas fue la tensión de las ideas del laicismo frente al dominio clerical.

La historia señala que las mujeres que eran cercanas a los miembros de las Logias, entre quienes se contaban muchas integrantes del Magisterio, trabajaron por crear conciencia acerca de su posición en el mundo y sus derechos.

En 1925, aparece el movimiento “Sociedad Protectora de la Mujer”, que presidía Elcira Castro de Armengoli , quien junto a su esposo e hija serían parte del grupo fundador de la Gran Logia Mixta de Chile. En 1928, se fundaba la Logia Hiram N°65 quienes establecían expresamente la posibilidad de ofrecer a las mujeres un espacio fraterno e incorporarlas a las prácticas activas del quehacer masónico.

En 1929, se había anunciado que el masón, pensador de origen Indio y presidente de la Sociedad Teosófica, Curuppumullage Jinarajadasa, dictaría conferencias en Chile. Integrantes de la Logia Hiram N°65 participaron en ellas. Con su presencia nació la primera Logia “Igualdad” N°632 (en numeración internacional) y N°1 (en lo nacional). Se iniciaron 13 profanos y en este grupo estaban las primeras seis chilenas que integraron la masonería en la Gran Logia Mixta de Chile. La presencia de la mujer, en igualdad de condiciones, ha sido uno de los valores siempre presentes en nuestra Orden y al cumplir un nuevo aniversario se refuerza esta visión clara desde sus comienzos.