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El 70 % del territorio chileno está en el mar.

Sin duda somos una nación marítima, con una costa de 6.435 kilómetros de longitud. Si giráramos el mapa, veríamos con claridad que estamos enfrentados a una enorme superficie de agua, con sus bondades y desafíos. El tiempo y el clima, el agua potable, nuestra alimentación, incluso el oxígeno que respiramos los proporciona y regula el mar.

Actualmente, el comercio marítimo representa más del 90% del comercio exterior. Los principales puertos del país son: San Antonio, Valparaíso, San Vicente, Coronel, Lirquén, Caldera y Coquimbo.

Desde la historia, nuestro territorio marítimo y terrestre,

a fines del siglo XIX y comienzos del XX, vivió un importante cambio a raíz de la Guerra del Pacífico, (1879 a 1884). El Tratado de Ancón, cedió perpetua e incondicionalmente a Chile, el territorio de Tarapacá y estipuló la posesión de Tacna y Arica por 10 años, fecha en que se realizaría un plebiscito. Finalmente, el Tratado de 1929, resolvió que Arica quedara en territorio chileno y Tacna se reintegrara a la soberanía peruana.

Después de la Guerra de Pacífico, nuestro país había tomado el control del salitre, cuya explotación se extendió hasta 1930. También, a consecuencia de la nueva conformación geográfica del país, se pudieron agregar mercados para la agricultura.

La riqueza de recursos naturales en la zona norte, a día de hoy, ha generado para Chile una importante fuente de divisas. Antofagasta es la región minera por excelencia; allí se encuentran los principales yacimientos de cobre como Chuquicamata, administrada por Codelco. El desierto posee yacimientos de oro, litio, plata, entre otros minerales. La minería representa, en promedio para la actividad económica regional, valores cercanos al 65 %. El litio, explotado en el Salar de Atacama, convirtió a Chile en uno de los principales productores a nivel mundial, junto con Australia y China.

La actividad minera en Tarapacá ha ido cobrando mayor relevancia, contribuyendo al desarrollo de la región. La explotación de cobre, a gran escala, tuvo un crecimiento importante. Así vemos que mineras como Quebrada Blanca, Cerro Colorado y, posteriormente, Doña Inés de Collahuasi, han incrementado su aporte al PIB (Producto Interno Bruto) regional de un 7%, en el año 1990, a un 54 % en el año 2010. Actualmente, el aporte de esta última empresa minera al PIB nacional, es de un 2,52%.

Mayo es el mes del Mar; en este mes se conmemoran las Glorias Navales en nuestro país, que recuerdan las epopeyas de Iquique y Punta Gruesa, ocurridas el 21 de mayo de 1789, un ejemplo de valor, entrega y patriotismo.

Actualmente, tener una conciencia marítima significa, como aconseja la ONU, poner el acento en “una gestión cuidadosa de este recurso mundial”. Esto es clave para un futuro sostenible. Existe un deterioro continuo de las aguas costeras y la acidificación de los océanos tiene un efecto negativo sobre el ecosistema y la biodiversidad. También es necesario poner atención en cómo afectamos las pesquerías de pequeña escala, para mantener el equilibrio y así aprovechar de buena forma aquellos recursos que el mar nos brinda.