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El 14 de julio se conmemora la toma de la fortaleza de la Bastilla,

es la fiesta nacional de Francia en honor a la hazaña de la Revolución, uno de los episodios más famosos de la historia contemporánea.

Marcó un antes y un después con una revuelta social y política que puso fin a la monarquía y estableció la Primera República Francesa, culminando con el ascenso de Napoleón Bonaparte al poder. Este periodo dejó uno de los lemas más conocidos de la historia: “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, conceptos que no dejan de interpelarnos hasta nuestros días.

A finales del siglo XVIII, Francia atravesaba una dura crisis financiera, causada por la enorme deuda del país y el constante gasto de la monarquía en conflictos con Inglaterra. El descontento que se manifestaba hacia el rey, Luis XVI, era inmenso, y se agrandó tras una polémica decisión: la de despedir a Jacques Necker, ministro de hacienda del monarca.

La Revolución francesa creó los soportes de la vida pública: la prensa y los partidos políticos. “La Marsellesa” se convirtió en el nuevo himno de Francia.

La naciente Tercera República buscó una fecha para instaurar una fiesta nacional y republicana. Después de considerar varias fechas el diputado Benjamin Raspail presentó, el 21 de mayo de 1880, un proyecto de ley para adoptar el 14 de julio como día de la fiesta nacional anual. Pese a que el 14 de julio de 1789 día de la Toma de la Bastilla, fue considerado por algunos parlamentarios un día demasiado sangriento, la Fiesta de la Federación del 14 de julio de 1790 permitió alcanzar un consenso.​ De este modo este día permitió unir a todos los republicanos.

Los valores de “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, conllevan la idea de que los individuos de la especie humana debemos tratarnos en forma justa y con respeto. Se sitúa en las bases del racionalismo ilustrado que transformó el sistema de organización política anterior y sentó las bases de lo que hoy conocemos como Democracia.